Los perros padecen las consecuencias de las bajas temperaturas igual que nosotros. Unos son más “frioleros” que otros, pero, en general, con la llegada del invierno hay que protegerlos convenientemente para evitar que lo pasen mal o que puedan llegar enfermedades a consecuencia de las inclemencias del tiempo: frío, lluvia, viento…
Si hace mucho frío, debes estar atenta a determinados síntomas que el animal puede presentar, sobre todo si hablamos de perros de tamaño pequeño o con escaso pelaje. Hay que vigilar especialmente a los cachorros y a los perros ancianos, porque son los más sensibles a las bajas temperaturas.
Ellos no hablan y no van a avisarte sobre el frío que están pasando, pero su lenguaje corporal sí te puede indicar que tu perro tiene frío necesita urgentemente recibir calor.
Síntomas que indican que tu perro tiene frío
La primera señal evidente de que tu perro lo está pasando mal a causa del frío son los temblores más o menos visibles. Igual que tú, el perro puede estar literalmente temblando porque está “helado”. Si está en la calle, éntralo inmediatamente en casa, al calor de una buena manta y si tienes que salir, un abrigo resulta imprescindible.
A veces, el frío hace que el animal presente somnolencia. Está acurrucado, no quiere moverse y su respiración se hace más lenta. Son síntomas de frío ante los que debes tomar las medidas oportunas.
El entumecimiento de los músculos puede ser también un indicativo de que el animal tiene frío. Rigidez en las patas, dificultad de movimiento… tu perro puede estar aterido de frío y sus músculos no le responden adecuadamente.
Las bajas temperaturas, sobre todo si van acompañadas de viento, pueden traducirse en sequedad en la piel del perro. Fíjate en la zona de la nariz y por qué se la ha secado la nariz a mi perro. Si está seca y cuarteada, el frío puede estar haciendo estragos en esta delicada área. Una crema protectora puede ser necesaria a la hora del paseo o si está al aire libre durante todo el día.
