¿Castrar a un perro dominante es bueno o malo?

Reducir el debate sobre la esterilización de un perro a si es algo bueno o malo es simplificar demasiado las cosas. Si no quieres que tu perro críe tendrías que considerar la edad a la que se puede esterilizar el can y en general deberías castrarlo entre los 6 u 8 meses de vida, o esperar a que alcance la madurez y haya finalizado su crecimiento. Hay quien considera la castración una forma de reducir la agresividad de su perro dominante, pero como pasa con tantas cosas en el mundo canino esto no es exactamente así.

La castración del perro dominante hará que, posiblemente, se vuelva más tranquilo. Y decimos que posiblemente se tranquilice porque no es un cambio que notaremos de un día para otro. Pueden pasar 6 o 12 meses sin que el cuerpo elimine toda la testosterona creada en los testículos -lo mismo pasa con las hormonas de las perras-, y durante ese tiempo el can seguirá siendo igual de dominante que antes.


Un perro castrado es, por norma general, mucho menos dominante y agresivo que un perro sin castrar. Precisamente una de las grandes ventajas de la castración para el dueño del animal es que el perro no será tan territorial y dominante, especialmente cuando esté junto a otros perros. No tendrá que demostrar que es el macho alfa, así que su comportamiento será mucho menos agresivo que antes. Tampoco buscará montar a las perras en celo.

Y llegamos a la pregunta del millón: estos cambios de comportamiento asociados a la castración, ¿son buenos o malos? Pero como no todo es blanco o negro, la respuesta está en las intenciones que tenga el propio dueño con el perro. Si quieres un perro dominante y agresivo parece claro que no deberías castrarlo, dejará de ser dominante -si lo esterilizas seguirá siendo dominante-. En cambio, si quieres acabar con esa dominación la castración es una buena solución, aunque no hace milagros. Eso sí, te evitarás un embarazo no deseado.

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