La operación de castración canina consiste en extirparle al perro el aparato reproductor, los testículos en el caso de los machos y el útero y los ovarios -o solo estos últimos- a las hembras. Sin embargo, la ciencia y las técnicas avanzan, y podemos hablar de castración química en perros, que se aplica solo en machos y es reversible. En cambio, la castración quirúrgica en el perro tiene un efecto irreversible, de modo que la recuperación del perro es mucho más lenta.
Cómo funciona la castración química para perros
El funcionamiento de la castración canina es muy simple. El veterinario le aplica un implante subcutáneo al perro, como si fuese un microchip, que tiene un efecto similar al de la castración. Se aplica a través de una inyección, sin bisturí ni anestesia, y como en el caso de la castración quirúrgica a las seis semanas el animal será infértil. Tiene seis meses de duración, y una vez transcurrido ese tiempo el implante se reabsorbe por sí solo.
Al pasar los seis meses debes decidir si quieres seguir con la castración química o si permites al animal recuperar su capacidad reproductiva. En el primer caso, el veterinario tendrá que ponerle al perro un segundo implante, y así sucesivamente, aunque el efecto será inmediato, sin tener que esperar seis semanas como con el primer implante. Si por el contrario eliminas el tratamiento, se podrá reproducir a los 2 o 4 meses, aproximadamente.
Si quieres saber más sobre la esterilización o en particular sobre la castración canina sigue leyendo y entérate de las técnicas que existen para castrar a un perrito bien sea hembra o bien sea macho.
Técnicas para castrar a un perro químicamente
