¿Cuándo aparece la menopausia en las perras?

Las perras no tienen la menopausia como tal, porque sus ovarios mantienen su actividad durante toda la vida del animal, aunque es cierto que su ciclo reproductivo experimenta una serie de variaciones a medida que la perra se hace mayor y llega a su etapa de vejez.

Cuando alcanza su madurez sexual, en torno a los 6 – 8 meses siempre dependiendo de la raza, se produce el primer celo en las perras y continuará teniéndolo hasta que fallezca. Existen importantes diferencias en el periodo proclive a la fecundación entre una perra y otros mamíferos, mujeres incluidas, y una de ellas es precisamente el hecho de no tener la menopausia.


A cierta edad, en una mujer se producen cambios hormonales que provocan la menopausia. Las perras también experimentan cambios hormonales, pero su organismo continúa produciendo óvulos aunque, con los años, de manera irregular.

Síntomas de la “menopausia” en las perras

Como hemos explicado, cuando se piensa si las perras pueden tener la menopausia, no se trata de una menopausia similar a la de las mujeres, pero, aunque hay importantes variaciones en los tiempos según cada raza e incluso cada animal. Sobre los 10 – 12 años, una perra también experimenta cambios, que podrían asemejarse a la menopausia y que indican que las posibilidades de fecundación y de tener cachorros son mínimas.

Entre los síntomas de esta “menopausia” perruna a los que, si tienes una perrita anciana, conviene prestar atención destacan:

  • Mayor tiempo entre los celos. Sobre todo si tu perra siempre ha mantenido regularidad en sus periodos y ha venido teniendo el celo en perras, aproximadamente cada dos meses, los cambios hormonales propios de la vejez, harán que pueda tenerlo cada 8 – 9 meses o incluso no tenerlo durante todo un año.
  • Disminución del sangrado. En algunas hembras prácticamente el sangrado desaparece y en esos últimos celos puede pasar absolutamente inadvertido.
  • Cambios en la alimentación. Puede que en esta particular menopausia, tu perra pierda el apetito y empiece a comer menos. Es algo bastante habitual. También hay casos contrarios, en los que la perra parece tener más hambre que nunca y el aumento de peso también es frecuente (deberás vigilar su alimentación).
  • Cambios de conducta. Es otro síntoma claro. El instinto sexual de la hembra se minimiza. No siente la necesidad de atraer al macho para ser fecundada. En estos celos tardíos, puede mostrarse alicaída, triste o más mimosa que nunca para llamar tu atención.
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