¿Puedo jugar con mi perro después de comer?

No hay nada malo en jugar con tu perro después de comer siempre que el juego no implique un esfuerzo físico excesivo para el animal que pudiera hacer que su ración de comida acabase sentándole fatal.

Jugar es indispensable para el bienestar de tu mascota. Especialmente si se trata de un cachorro, es importante para su correcto desarrollo físico y también para que el proceso de socialización se produzca de manera adecuada y, de paso, divertida. Lanzarle una pelota para que vaya tras ella, esconderte y llamarle a ver si te encuentra, o mover su juguete favorito y hacer que intente atraparlo es una forma de desarrollar su agilidad y rapidez de movimientos y también de establecer esos lazos tan especiales de amistad que van surgiendo a medida que convives con tu perro.

¿Cuándo evitar los juegos con el perro después de comer?

Lógicamente si tu perro ha tomado ración doble de su comida favorita, un juego que implique saltos y carreras a toda velocidad no es lo más recomendable justo después. Comidas copiosas, unidas a altas temperaturas y a juegos bruscos, pueden formar un "cóctel" poco saludable para tu mascota.


En el caso de perros de gran tamaño o en el de aquellos que padecen algún tipo de problema digestivo es preferible esperar a que el animal repose su comida un tiempo prudencial y finalice el proceso de la digestión antes de iniciar una actividad física intensa. Aunque se trata de excepciones, la torsión gástrica es una grave patología relacionada con el aparato digestivo que puede aparecer como consecuencia de un esfuerzo físico excesivo realizado después de comer.

Por precaución si quieres jugar o dar un paseo con tu mascota tras la ingesta de su comida, hazlo, pero siempre de manera tranquila y pausada.

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