¿Cómo saber si mi perro tiene sacos anales?

Todos los perros tienen sacos anales, así que quizá deberíamos replantear la pregunta y cuestionarnos cómo saber si el perro tiene los sacos anales obstruidos, si hay que vaciar los sacos anales del perro, etc. Los sacos anales del perro son dos glándulas situadas dentro del ano, una a cada lado. Contienen un líquido aceitoso -que huele muy mal- con el que lubrican el ano al defecar o envían señales olfativas a otros canes.

Aunque todos los perros tienen estos sacos anales, existe una excepción: si los problemas del perro con los sacos anales son continuos y las glándulas anales se infectan con mucha más frecuencia de lo habitual es posible que el veterinario opte por la saculectomía, una operación que consiste en extirparle al perro los sacos anales. Sabrás si tu perro ha sido operado o no, y si has adoptado al perro ya adulto basta con mirar su historial médico o una revisión en el veterinario para comprobarlo.


El gran problema de las glándulas anales llega cuando los sacos no se vacían bien. Entonces se inflaman, y pueden formarse abscesos de pus. Es algo muy molesto para el perro, que tendrá muchas molestias en esa zona, y habrá que llevarlo al veterinario. Muchas veces basta con una inspección visual para comprobar si el animal tiene los sacos anales obstruidos o inflamados, y si es así puede que tú mismo te atrevas a apretar los sacos anales y vaciarlos.

Hay varios síntomas que nos alertan de los problemas de los sacos anales, empezando porque cuando el perro anda arrastrando el culo por el suelo, una imagen que puede resultar cómica pero que muchas veces es la única forma que tienen para rascarse la zona y aliviar el dolor -aunque la infección puede agravarse-. Si anda con el rabo bajo para rascarse o si intenta lamerse constantemente la zona anal también es fácil que estemos ante un problema de este tipo.

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