Presentación del bebé al perro ¿Como hacerlo?


Hay que impedir a toda costa que el perro tenga celos de nuestro bebé. La manera correcta de conseguirlo es presentándole correctamente, así conseguimos que el perro no se sienta excluido de la familia con la llegada del bebé.

El objetivo es que el perro aprenda que nuestro bebé va a ser otro líder de la manada y tiene que respetarlo. Si nuestro perro es muy ansioso o dependiente podemos empezar meses antes de que nazca el bebé a mostrarnos más fríos con él, aunque nos cueste.

Cosas como impedirle que nos siga a todas partes, o que duerma en nuestra habitación. Imponerle nuevas reglas y recompensarle cuando su comportamiento sea correcto y sumiso. Esto no significa que debemos dejar de darle cariño a nuestro perro ni antes ni después del nacimiento de nuestro bebé. Porque entonces si notará un cambio que no le va a gustar.

Cuando el bebé haya nacido llevaremos una prenda de ropa del bebé y dejaremos que nuestra mascota lo huela. No hemos de ponérsela debajo de la nariz. Primero se la mostraremos desde el otro lado de la habitación y luego le pediremos que se vaya  acercando poco a poco. En la naturaleza la madre mantiene alejados a sus cachorros del resto de la manada al principio. Si se obsesiona o se pone ansioso ante el olor de la prenda del bebé lo corregiremos de inmediato y le recompensaremos cuando su comportamiento sea tranquilo y sumiso.

Cuando el bebé llegue a casa primero haremos que el perro salga de casa. Entraremos nosotros primero y luego invitaremos a pasar al perro dejando claro que esta es la casa del bebé y no del perro. Los presentaremos poco a poco. Primero desde el otro lado de la habitación y luego le invitaremos a que se acerque. Nuestra energía es la que va a marcar el resultado de la presentación. Si nos mostramos firmes y serenos estaremos demostrando nuestro liderazgo frente al perro y por extensión el de nuestro bebé.

De la misma forma que enseñamos a nuestro perro debemos enseñar a nuestro hijo a medida que crece a respetar al perro sin dejar de ser el líder de la manada. Esto requiere supervisión continua. NUNCA debemos dejar solos a los perros con los niños. Estos deben de aprender a no tirarles de las orejas o el rabo, no deben jugar a pelearse con los perros.

 

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