¿Los perros tienen memoria?

Hay una duda que se plantean muchos dueños primerizos de perros y es la de si los perros tienen memoria. Lo primero que debes saber sobre la memoria de los perros es que la edad del can influye directamente en su capacidad para retener los recuerdos a largo plazo. Cuando son cachorros, los perros pueden almacenar recuerdos basados en la repetición, es decir, pueden memorizar determinadas informaciones a base de repeticiones y premios cuando las recuerde.


Asimismo, para entender cómo funciona la memoria de los perros debemos de tener en cuenta su instinto de supervivencia, al igual que sucede con el resto de animales. Por ejemplo, si un perro experimenta dolor al comer un objeto punzante, tu mascota evitará repetir ese comportamiento porque lo asocia a un resultado desagradable y que, en definitiva, le provoca dolor y pone en riesgo su vida.

La memoria de los perros cambia con la edad. Mientras los cachorros pueden aprender y recordar con facilidad, es a partir de los diez años cuando los perros mayores tienen más probabilidades de perder su capacidad memorística.

Los perros pueden guardar recuerdos positivos y negativos, que han marcado algún momento de su vida. Por ejemplo, muchos perros adoptados presentan miedos asociados a su pasado. Es posible que un perro que haya sido atropellado o haya sido recogido de una cuneta, tenga miedo a la carretera o al sonido de los coches porque ha memorizado esa trágica experiencia y lo aplica a su día a día.

¿Los perros recuerdan a sus dueños?

Para los perros sus dueños son miembros imprescindibles de su familia - o de su "manada"-, por lo que recuerdan siempre toda aquella información que es útil para relacionarse con ellos. La convivencia con los dueños hace que los perros aprendan pautas educativas caninas (como sentarse, tumbarse o dar la pata) y puedan identificar ciertas acciones placenteras con sus propietarios, como es la hora de la comida, el juego, el paseo diario o las caricias.

Además, el perro recuerda el olor, los gestos corporales o el tono de voz de su dueño, tanto si está contento como si está enfadado.

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