Aunque tu intención sea la mejor del mundo, no debes dar a tu perro medicamentos que habitualmente tomamos las personas porque esta práctica, bastante habitual, puede suponer un riesgo importante para su salud (peor el remedio que la enfermedad). La principal razón (y de peso) es que algunas de nuestros medicamentos pueden resultar perjudiciales, incluso tóxicas, para tu querida mascota.
Si sospechas que tu perro tiene gripe, vómitos o está alicaído, no come, estornuda o tose, notas que tiene fiebre puedes cuidarlo para que la pase lo antes posible. Procurar que beba suficiente agua, dejarle descansar en su rincón favorito, evitar que salga a pasear y coja frío”, son algunas medidas a tomar, pero decidir, por tu cuenta, darle una aspirina, ibuprofeno o paracetamol. Por tanto, darle medicamentos de humanos a tu perro no es una buena opción, nunca.
Si los síntomas continúan más de un par de días, acude al veterinario porque, tal vez, no se trate de una gripe puede confundirse con moquillo, tos de las perreras u otra enfermedad vírica, y tu perro está necesitando atención médica inmediata. Solo el veterinario te confirmará qué le está pasando y qué tratamiento debe seguir para que mejore lo antes posible. El tema de las dosis también es importante ¿cuánto paracetamol piensas administrarle?. ¿De 650, de 1 gramo?. Y, ¿cada cuánto tiempo? Las dosis y pautas correctas para los humanos no son trasladables a los perros.
Ten en cuenta que un antitérmico, un antiinflamatorio o un antibiótico pueden curarte a ti pero llegar a ser realmente dañinos para el organismo de tu mascota, pues especialmente pueden afectar a su aparato digestivo y a la flora intestinal, así que por mucho que quieras a tu mejor amigo, no le des tus medicinas salvo que te lo indique tu veterinario (algunas sí pueden ser buenas y ayudarle a mejorar, pero ante la duda, ¡consulta primero!).
