Tan malo es que un perro esté obeso como que te tenga un peso inferior al que le correspondería por su sexo, raza y edad. Un perro “en los huesos”, con claros síntomas de desnutrición, siempre presupone un desequilibrio en su alimentación o bien la existencia de alguna enfermedad aún no diagnosticada. Si tu perro está excesivamente delgado, la consulta al veterinario es importante.
Si por cualquier circunstancia a tu mascota le vendría genial coger unos kilos, debes saber que sí existen piensos específicos para cubrir ésta y otras necesidades. Generalmente se trata de alimentos dietéticos que incorporan una mayor cantidad de hidratos de carbono de lenta absorción junto a grasas saludables para favorecer el aumento de peso pero sin descuidar el contenido en proteínas de alto valor biológico e incorporando, además, un extra de vitaminas y minerales. No se trata de cebarlo, sino de aportarle más nutrientes de manera que gane peso de forma saludable.
¿Qué pienso elegir para que mi perro engorde?
Es importante averiguar el motivo de la delgadez del animal para encontrar el pienso más adecuado, aquel que le aporte justo lo que le falta y más necesita. Puede que tu perro esté muy flaco porque acaba de ser operado, tal vez no gana peso porque sufre alguna intolerancia alimentaria o incluso el problema puede estar relacionado con sus dientes y encías (no come porque le duele al masticar y por eso no engorda).
Conociendo el origen de esta circunstancia podrás elegir el pienso que mejor le va. Galletas enriquecidas con hierro y/o con calcio, que incorporan ácido omega 3 y omega 6, o que llevan un extra de proteína son las mejores para recuperar el equilibrio nutricional. Además, para lograr el deseado incremento de peso, los piensos que incluyen hidratos de carbono (siempre en proporción moderada) son los más recomendables.
