Igual que ocurre con las personas, no hay remedios 'mágicos' para acabar con un constipado canino, porque se trata de una enfermedad vírica de carácter leve que, simplemente hay que pasar.
Esto no quiere decir que tu mascota no necesite unos cuidados básicos que hagan más llevadero su resfriado. Son remedios muy sencillos que puedes poner en práctica para aliviar los síntomas y lograr que el perro supere el proceso gripal de la mejor manera posible.
Un perro resfriado no se encuentra al cien por cien y lo primero que necesita es descanso y tranquilidad. Proporciónale un entorno donde esté a gusto, lejos del bullicio, a una temperatura agradable y, por supuesto, bien seco e incluso en una zona de semi oscuridad. Puede que tenga un importante dolor de cabeza y necesite estar separado del resto de la familia.
Además, algunos remedios caseros que pueden aliviarle son:
- Tu perro debe estar bien hidratado. No le obligues a ingerir alimentos ni a que siga su alimentación habitual, pero procura que beba agua. Prueba también a humedecer su pienso habitual con un caldito, así tal vez que anime a comer algo y además le estarás dando líquidos extra.
- Humidificadores. Es importante aliviar la congestión nasal y los posibles problemas respiratorios asociados al constipado. Poner un humidificador o simplemente un bol con agua caliente, que suelte vapor, en la habitación donde esté el perro, hará que se sienta mejor.
- Manzanilla o suero para los ojos. En algunos perros, el lagrimeo o las incómodas legañas, es otro síntoma de resfriado que puedes aliviar limpiándole los ojos con una gasa empapada en suero fisiológico o infusión de manzanilla.
- Reduce el ejercicio físico. Si tienes que sacarlo de paseo para que haga sus necesidades, haz que sea el mínimo tiempo posible (10 – 15 minutos).
¿Cuándo acudir al veterinario?
Con los remedios caseros que te hemos indicado, tu perro superará el resfriado en unos días. No mediques nunca a tu mascota. No le des paracetamol o ibuprofeno.
Vigila la evolución de tu can porque el constipado no debe durar más de 4 – 7 días. Si no notas mejoría, o detectas algún síntoma que pudiera indicar otra enfermedad más grave que un resfriado (vómitos, diarreas, fiebre alta, dificultades respiratorias…), debes acudir al veterinario por si ese aparente resfriado esconde o deriva en complicaciones que requieren atención sanitaria urgente.
