La gastroenteritis en perros es una dolencia generalmente pasajera pero que hay que vigilar para evitar que derive en algo peor que llegue a revestir gravedad. El perro que la padece presenta vómitos, diarreas y otros síntomas menos frecuentes como calambres o dolor abdominal.
La gastroenteritis es una dolorosa inflamación e irritación de las mucosas que recubren las paredes del estómago del perro y también del tracto intestinal. Las causas pueden ser muy variadas, desde una infección vírica o bacteriana, hasta la ingesta de un alimento en mal estado o de agua contaminada.
Generalmente una gastroenteritis pasajera no debe durar más de dos días, máximo tres. Hay que tener en cuenta el peligro de deshidratación que corre el perro con esta enfermedad.
¿Cuándo acudir al veterinario si el perro tiene gastroenteritis?
Un episodio de gastroenteritis de unos pocos días, en el que el animal rechaza cualquier tipo de alimento es algo relativamente frecuente. Bastará que observes que bebe suficiente cantidad de agua y que, de manera progresiva, los vómitos y la diarrea remiten. En la mayoría de los casos, se trata de una enfermedad leve pero debes vigilar que, en ningún caso, haya presencia de sangre en los vómitos o en las defecaciones, verificando, además, que pasado el momento álgido de la enfermedad, el perro, poco a poco, empieza a tolerar una dieta blanda como base de su alimentación (arroz, caldos, jamón york…).
Si los síntomas se prolongan y no aprecias mejoría en dos - tres días, debes acudir al veterinario, porque puede que esa gastroenteritis esconda algo más. Una intoxicación grave, parásitos intestinales, intolerancia a algún alimento o cualquier otra enfermedad pueden mostrarse en forma de estos dolores abdominales acompañados de pérdida general de apetito y resto de síntomas.
