¿Con qué frecuencia debo vacunar a mi perro?

No siempre sabemos para qué sirven las vacunas, y a veces incluso puede que no estés del todo de acuerdo con vacunar a tu perro; pero los animales tienen un calendario de vacunación que cumplir y si no lo haces te arriesgas a que el animal sufra alguna enfermedad grave. Por eso es importante tener claro el calendario de vacunación y saber la frecuencia con la que debes vacunarlo, a lo que te puede ayudar el veterinario.

La primera vacuna llega a las 5 o 6 semanas del nacimiento del perro, una vez su sistema inmune está suficientemente maduro para que la vacuna sea efectiva. Se trata de la primovacunación, y hasta que no se le haya administrado y haya hecho efecto no podremos sacar a nuestro perro a la calle. El cachorro debe estar destetado cuando se la administremos, y hasta entonces tampoco podrá tener contacto con otros perros más allá de la madre o sus hermanos.


A las 8 semanas de vida llega la hora de la vacuna polivalente, que como su nombre indica protege a nuestro perro de enfermedades como el moquillo, la parainfluenza, la hepatitis, la leptospirosis o el parvo. Algunas de estas enfermedades pueden llegar a ser mortales, de ahí la importancia de administrarle al can esta vacuna y de sus recordatorios. Un mes después, a las 12 semanas, hay que vacunarlo con el primer recordatorio, y el resto ya son anuales.

La vacuna de la rabia en los perros

La otra vacuna obligatoria es la de la rabia, que se debe poner a las 16 semanas y luego se administra un recordatorio anual. Eso sí, en Galicia, Catalunya y Euskadi la vacuna de la rabia es voluntaria, pero si te desplazas a otra comunidad deberás vacunarlo para ahorrarte problemas.

Y no te olvides de que se trata de un calendario orientativo, ya que el veterinario será el responsable de diseñarlo según las características y necesidades del perro, pudiendo añadir vacunas o cambiando la polivalente por versiones como la trivalente o la tetravalente.

  • ¿Te ha servido de ayuda?
  • No

Carácter del doberman

El carácter del doberman es enérgico, cariñoso y requiere de un dueño que forme al perro estable y sociable