Cómo deben ser las correcciones en el entrenamiento canino

Las correcciones son parte fundamental del entrenamiento de un perro pero hay que saber realizarlas de la manera correcta y en el momento oportuno para que realmente cumplan su función didáctica y no se conviertan en una manera de castigar o hacer de daño al animal. Los entrenadores profesionales lo saben y tú también debes tener en cuenta que entrenar a tu perro, para modificar conductas o enseñarle distintas habilidades, requiere tiempo, paciencia y corregir de forma apropiada.

Un buen entrenamiento canino se basa en la motivación y en el refuerzo positivo porque tirar bruscamente de su correa, pegar, gritar, dejar al perro encerrado o atado durante horas… no son en absoluto buenas técnicas de aprendizaje ni de corrección para el perro, y en general, para cualquier animal.

Tipos de correcciones que se aplican en el entrenamiento canino

Sobre la manera en la que debe corregirse a un perro durante su entrenamiento, no se puede generalizar. El temperamento y carácter de cada perro son rasgos determinantes a la hora de establecer el nivel y el método más efectivo de corrección. En la mayoría de los casos, las correcciones verbales son más que suficiente para que el perro progrese en su aprendizaje de manera adecuada. Y eso lo podremos conseguir a través de algunas de las órdenes básicas para perros, aunque en caso de que resulte complicado, siempre se puede recurrir a un especialista antes de que el perro desarrolle un temperamento agresivo que no se pueda corregir.


Para corregir, primero hay que enseñar. Antes de iniciar un entrenamiento canino que tenga un fin concreto (rastreo, defensa, guía…) el perro debe conocer como decimos, las órdenes básicas que permitirán ese entrenamiento. Algunas órdenes básicas para perros en inglés como “STOP” puede servir perfectamente como correcciones verbales que el perro entienda. También “regañarle” si no ha cumplido bien con su misión, es una manera de corregirle. Y por descontado, no hace falta gritarle al perro en su entrenamiento, solo hay que hacerle entender, con voz firme, que no nos gusta lo que ha hecho.

El refuerzo positivo - negativo es otro tipo de corrección básico para el perro, es sencillo. Tras un ejercicio, por ejemplo, caminar en línea recta, el perro recibirá un premio (golosina, caricia…) si lo hace bien y, en cambio, no tendrá nada si no cumple con lo que se le ha indicado. Por último, la repetición es otra forma efectiva de corregir a un perro mientras aprende. Continuando con el ejemplo anterior, si queremos que el perro avance sin salirse de una línea recta y no lo consigue, habrá que volver al inicio cada vez que se salga. Solo recibirá su premio cuando complete el recorrido correctamente.

En los algunos entrenamientos se puede recurrir a correcciones más agresivas como las que proporcionan los collares de estrangulamiento canino. Hay que entender que estos accesorios son efectivos a la hora de corregir y, aunque no nos gusten demasiado, en ocasiones pueden ser necesarios. Hay que insistir en que solo los entrenadores profesionales deben usar este tipo de collares para el perro porque sabrán hacerlo de la manera adecuada, sin causar daño grave al animal.

Las claves de la corrección en el entrenamiento canino

El perro no nace “enseñado”. Tiene que aprender mediante el entrenamiento y para ello la corrección es necesaria. Así, corregir al perro implica hacerle entender que está haciendo algo de forma  inapropiada y que debe cambiar para hacerlo de otra manera. La corrección debe ser, simplemente, la manera de decirle “así, no”, para que sepa que debe rectificar. Las claves para que la corrección del entrenamiento del can resulte efectiva son:

1. Firmeza

Los perros son más inteligentes de lo que a veces pensamos y con la actitud enérgica del entrenador a la hora de la corrección sabrá perfectamente que no ha hecho las cosas como debiera. Una palabra, una mirada, un ruido fuerte (una palmada)… expresadas con la suficiente firmeza funcionan como eficaces correcciones en el comportamiento del can de cara a sus reacciones posteriores.

2. Inmediatez

La corrección debe aplicarse en el mismo instante en el que el perro hace algo mal. El entrenamiento consiste precisamente en eso, en corregir una y otra vez sobre la marcha. “Regañarle” a posteriori no sirve para nada y solo logrará confundirle.

3. Constancia

Es otra de las claves para que una corrección en el entrenamiento del can sea exitosa y funcione. Hay que aplicarla siempre que se repita una acción o conducta que no queremos. Si solo corregimos “ a veces”, nuevamente el perro no entenderá nada.

4. En positivo

Hay que insistir en que el entrenamiento canino se basa en la confianza y el respeto entre el entrenador y el perro. Si la corrección solo genera miedo y dolor en el animal, a la larga, el entrenamiento no conseguirá su objetivo.

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