¿En qué piensa mi perro?


Aunque muchas veces pensemos que solo les falta hablar, la verdad es que lo perros no pueden ni siquiera pensar. No son capaces de deducir, reflexionar ni generar ideas. Solo responden a los estímulos de la manera en que les hemos enseñado. En definitiva los perros no piensan.

 

Esto es debido a que carecen de sistemas anatómicos y fisiológicos adecuados para esta función. El cerebro de los perros se diferencia en el humano en cuanto a apariencia exterior, no está delimitado por los cuatro lóbulos. Pero también carece de estructuras en el hipocampo y en las regiones más profundas del sistema límbico.  

No pueden generar sentimientos de amor, odio... Pero sí son sensibles a nuestros sentimientos dando muestra de pena, alegría o frustración. 

Por tanto atribuirles sentimientos de alegría o tristeza es fruto de la humanización a la que les sometemos y no de la realidad que se demuestra científicamente.

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