Ni un perro atropellado más

Todos hemos perdido alguna vez una mascota a causa de un atropello y sabemos la gran pena que esto puede causar. Lo que no conocíamos son las cifras de accidentes en los que algún animal se ve envuelto cada año. Gracias a la infografía elaborada por la empresa compramostucoche.es, podemos comprobar que el número de estos choques va en aumento sin que haya, aparentemente, una campaña con medidas para frenar esta tendencia.

La realidad es que humanos y animales compartimos cada vez más el espacio debido al creciente número de mascotas en los hogares y también a la construcción de carreteras y vías de acceso a áreas rurales en las que hay una amplia y diversa fauna salvaje. Por este motivo, es nuestra obligación como conductores responsables tomar precauciones para evitar atropellos. Del mismo modo que, si somos dueños de mascotas, debemos velar por su seguridad.

Y es que, los perros son, tras los jabalíes, los animales que más frecuentemente sufren choques y atropellos. De acuerdo con información facilitada por la Dirección General de Tráfico, los atropellos de perros tienen lugar con mayor frecuencia en las inmediaciones de núcleos de población ya que, en esas zonas, suelen ir sueltos. A los datos de Tráfico, se añaden los que aporta el informe realizado por una compañía de seguros originaria del Reino Unido. Dicen que los accidentes en los que se ven envueltos los canes se producen en los meses de invierno por causa de la mala visibilidad derivada de unas condiciones meteorológicas adversas. Otro momento en el que debe prestarse especial atención es cuando esperamos con nuestro perro para cruzar un semáforo. A veces, el animal invade la calzada sin que nos demos cuenta y puede resultar atropellado por algún conductor que no pueda verlo bien.


Las consecuencias de un atropello para tu perro varían en función de su tamaño, según los veterinarios. Los perros pequeños suelen resultar ilesos o con heridas sin importancia en la mayoría de los casos. Los canes de tamaño mediano, debido a que normalmente son impactados por el parachoques, pueden sufrir lesiones internas y fracturas de cadera. La fractura de patas es más frecuente en animales grandes.

Lo más importante es, por supuesto, que hagamos todo lo que está a nuestro alcance para evitar el mayor número posible de accidentes de este tipo. Debemos asegurarnos de que nuestro perro pasee suelto por zonas donde no hay peligro y ponerle la correa donde el tráfico pueda suponer una amenaza. Además, como dueños de mascotas, tenemos una razón más para no cometer la crueldad abandonar a nuestros animales. Los perros abandonados acaban muchas veces siendo atropellados al merodear en busca de comida por carreteras y caminos. Si ya no estamos en condiciones de hacernos cargo de nuestra mascota, tenemos la obligación de buscar un hogar alternativo donde pueda estar bien atendido.

Por otra parte, cuando conducimos, debemos seguir unas precauciones muy sencillas para evitar atropellar a un animal. Al atravesar cotos de caza o zonas boscosas donde pueda haber animales salvajes o cuando circulemos por zonas urbanas, mantendremos siempre una distancia y una velocidad que nos permitan tener una visión panorámica y anticiparnos así a cualquier situación imprevista. Si un animal invade la calzada, debemos poner las luces de cruce y accionar el claxon para ahuyentarlo. Si vamos a esquivarlo, es clave evitar dar un volantazo que podría hacernos perder el control del vehículo.

Con un poco de concienciación e implicación por parte de todos, conseguiremos reducir el número de atropellos de nuestras queridas mascotas.

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