¿A qué se debe la tensión alta del perro en el parto?

Los perros también sufren hipertensión, y a diferencia de lo que pasa con las personas nos indica que algo serio está pasando en el perro. Suelen ser un síntoma más de otro problema más serio, lo que debería ser razón de sobra para acudir al veterinario. Sin embargo hay una situación en la que no deberíamos alarmarnos por la tensión alta del perro: el parto. La revolución hormonal vivida por la perra tras el parto es la culpable.

De hecho, las fluctuaciones hormonales son una de las causas más habituales de la hipertensión secundaria en los perros, que supone el 80% de los casos de tensión alta en el mundo canino. Incluso, tu perra puedes sufrir irregularidades menstruales tras el parto canino y junto a estas alteraciones provocadas por el parto también aparecen algunas enfermedades de tipo renales o el hipertiroidismo. Más allá de estos problemas está la diabetes, aunque es algo realmente muy extraño entre los perros. Lo que no lo es son los cambios provocados por el parto.


Ya sabrás, y si no te lo explicamos nosotros, que a medida que se acerque el parto tu perra sufrirá varios cambios físicos, pero también otros imperceptibles a primera vista. Una de las señales de la llegada del nacimiento de los cachorros es el aumento de la temperatura rectal de la perra, que a mediados del parto volverá a ser normal. Antes habrá expulsado la mucosa, también verás como se engrosa la vulva, las mamas también cambiarán...

Tras el parto, cuando todo el torrente hormonal haya pasado, lo más probable es que tu perra vuelva a tener la tensión normal. En cualquier caso durante la lactancia no tendrá los mismos niveles previos al embarazo. Si ves que la tensión sigue alta debes acudir al veterinario para que descarte cualquier problema grave en la salud de la perra. Si tienes dudas sobre cómo medir la tensión de tu perro o en qué niveles debe estar el veterinario siempre te ayudará a resolverlas.

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